miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los males de los bienes

Mateo 19,29: Todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, o hijos o campos por mi causa, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna.
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Cada persona puede resumir ese libro llamado el Evangelio. Un resumen es que un chico llamado Jesús promete a la humanidad la herencia de un reino de los cielos, la vida eterna en la gloria, y para ello recuerda que han de volver a ser como niños (ser como niño, aparte de ser una forma de ser universal, también es "ser lo que cada adulto piensa"), a usar la llave de la ciencia ("ciencia" sobre la que cada persona tiene también su propia visión, independientemente de que exista una ciencia inaccesible a la mente convencional), renunciar a todos sus bienes y dejar a sus parientes, casas y tierras, es decir, a todo eso -empezando por empleo y dinero- a lo que la mujer y el hombre moderno dan valor "vital" mientras tiene su correspondiente aspecto "mortal".
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Lucas 16,15: Lo que se estima tanto entre los hombres no tiene valor alguno ante Dios.
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Si en esa frase sustituimos el término "Dios" por "riqueza divina o riqueza espiritual ilimitada" y gratuita, y no sabemos lo que es eso, es lógico que demos tanto valor a lo que no es "riqueza ilimitada". Y es lógico también que el valor de los bienes (y males) temporales, aunque útiles durante "la vida", es incomparable al valor de la riqueza eterna. De hecho, lo limitado es incomparable a lo ilimitado. Sí podemos comparar (diferenciar) los valores limitados de varios objetos, a los que nosotros mismos conferimos esos valores. Incluso a un mismo objeto -como ese mismo libro llamado "evangelio"- podemos darle varios valores, incluyendo el nulo o incluso el negativo, y enfadarnos por el hecho de darle un valor diferente al que le da otra persona. El caso es que, por ejemplo, en el dinero -ni en la mente capitalista- no existe la vida eterna, de modo que en la vida eterna no existe el dinero. En la mente capitalista no existe la gratuidad, pues de hecho la mente comercial vende incluso "lo gratis" como un cebo para atraer clientes, fuentes de dinero. Por eso, en "vida eterna" no existe la mente capitalista/comercial ni el dinero ni su valor, y por eso, para "Dios" no existe el valor que la mente humana le da a todo, igual que la mente humana no puede concebir lo que no tiene límite: un valor infinito y por ello de sobra para todos. Y por ello gratis. Y por ello inagotable. Es cosa de tirar del hilo...

1 comentario:

  1. Muy bien explicado y muy provechoso.Así nadie se aburre de oir los evangelios. Por la forma amena y clara que lo trasmite.
    Un caluroso saludo desde CR.

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