miércoles, 18 de noviembre de 2009

La llave de la ciencia

Lucas 11,52: Ay de vosotros, doctores de la ley, que habéis ocultado de la llave de ciencia, vosotros no entráis y no dejáis entrar a los que querían.
.Esta frase sugiere que la ciencia es la llave -o una de las llaves- de entrada al reino de los cielos, el reino de Dios, el reino de el Padre. No ha de ser la ciencia que conocemos y usamos todos los días, pues lógicamente no hay científico que pueda desarrollar una ciencia para demostrar la existencia de tal Padre, Dios, cielos y reino. Es indemostrable incluso usando la razón, que es la ciencia incomparable a la tecnológica. Lo que sí es demostrable es que la ciencia como tecnología en forma de útiles aparatos que usamos todos los días, como este ordenador o un reloj o un teléfono portátil (también "celular") no es llave para abrir la puerta hacia ningún reino de los cielos si entendemos esto como el mundo de lo gratuito o un mundo de felicidad eterna o una vivencia eterna de dicha, etc. No es de extrañar que tal "cielo" sea considerado utópico por las personas que piensan en términos de dinero y que pueden llegar a realizar sus propias utopías o ideales un tiempo antes de morir. Es decir, tal tecnología o ciencia es inútil para tal "cielo", tan inútil como el supuesto espíritu celestial ("rey del reino") para un niño cuya mente es formada o educada para sobrevivir lo mejor y el mayor tiempo posible en la sociedad de la ciencia tecnológica de productos comerciales necesarios para un comercio que impulse la circulación del dinero, la "sangre/oxígeno" de una sociedad del comercio. La excusa de tal desarrollo tecnológico es "por el bien de la humanidad", pero una cosa es la comodidad, la facilidad o la rapidez vendidas para realizar ciertas actividades (incluso nacer y morir) y otra cosa es la Humanidad, la Naturaleza -creación natural, como el organismo- y la gratuidad (gracia) que incluye la Consciencia e Inteligencia de la que ese niño puede hacer uso para incluso comprender que ninguna creación, por artificial que sea, es vana, en tanto que cualquier aparato creado por animal racional (reloj, bombilla, automóvil, teléfono, televisor, ordenador...) es un burdo reflejo de la potencialidad del cerebro y organismo libre (vehículo de comunicación y de transporte en el Espacio), en "manos" de ese "ser superior" que unas personas querrían que lo fuera su pareja y al que otras aspiran (ese ideal de "ser mejores" o ese "Dios" tan mentado en esa expresión de resignación religiosa que es "dejarlo todo en manos de Dios" como último remedio y como si fuera el recurso menos fiable una vez agotados los vendidos por la sociedad). Un ejemplo es que dos personas que están en posiciones antípodas del Planeta pueden encender sus teléfonos y conectarlos a través del Aire como medio de transmisión (medio amniótico de la Placenta atmosférica de la Madre Tierra) mientras no se plantean "descolgar" o "liberar" sus cerebros en la Mente para no entorpecer su flujo en el "Ser Superior". Eso de "descolgar y liberar" sí lo hacen a nivel tecnológico, pues a veces el teléfono se bloquea y tienen que ir a la tienda a que una persona experta (el ser "superior" por experto) les libere el móvil. De hecho, tales personas conscientes de sus asuntos mantienen el cerebro "colgado", incomunicado del supuesto Ser Crístico. Y hay una ciencia que lo descuelga, y que es la llave al reino del Ser Crístico. Tal ciencia es la LLAVE que LLEVA al VALLE de alegrías. Las palabras "CEREBRO" y "UMBRAL" dan el mismo resultado: 69, símbolo del acoplamiento femeninomasculino. Por tanto, el descubrimiento de tal ciencia va ligado íntimamente a la integración y unidad de las polaridades en el Ser eternamente viviente: el reino, la herencia espiritual.
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Lucas 11,52: doctores de la ley, que habéis ocultado de la llave de ciencia, vosotros no entráis y no dejáis entrar a los que querían.

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