Realmente la Humanidad lleva en crisis desde que se desconectó de "la madre" (Naturaleza) y por ello de "el padre" (sobrenaturaleza). En estos tiempos de "mal tiempo" y de crisis personales (y nacionales e internacionales, pero no interplanetarias) la humanidad está aún más dividida por las diversas opiniones acerca de lo que significan estos "tiempos". Unas personas lo interpretan como señales del fin del mundo; otras también, pero también como señales del principio de un mundo nuevo; otras dicen que son fenómenos que ocurren siempre; otras dicen que son señales del cumplimiento de la profecía de Jesús. En tres evangelios Mateo, Marcos y Lucas citan capítulos acerca de una profecía de Jesús acerca de "el fin del mundo", de Jerusalén y de la segunda venida del Cristo (una cosa es "Cristo" y otra "Jesús"). Jesús anduvo en tierra de los judíos (y en medio de los sacerdotes y de los romanos) y los judíos terminaron por creer que Jesús no era el Mesías, de modo que aún esperan por primera vez al mesías, y los cristianos creyeron que sí lo era, pero lo esperan por segunda vez. Ambos lo esperan. Esto querría decir que quien al Cristo espera no ve en el mundo al Cristo que espera (ni al mundo en el Cristo), de modo que sobrevivirían en un estado y mundo de "crisTis" (espiritual) y no sólo de crisis financiera, materialista o "de valores". Sea como sea, Mateo, Marcos y Lucas citan capítulos acerca de la segunda venida del Cristo a través de frases puestas en boca de Jesús. Los tres coinciden en que Jesús habla de que se produciría hambre y terremotos en diversos lugares.
Habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Eso será sólo el comienzo de los dolores.
- Mateo 24,7, Marcos 13,8, Lucas 21,11
Por su lado, Mateo y Lucas añaden los elementos celestes, como los astros, y fenómenos asociados al elemento agua (el mar y las olas).
Después de esta angustia, el sol se oscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y las columnas del cielo se tambalearán. - Mateo 24,29
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas. - Lucas 21,25
La expresión "comienzo de los dolores" se puede asociar a un parto como los dolores previos a un nacimiento y a la felicidad de la madre una vez ha tenido al hijo. La expresión "estruendo del mar y de las olas" no es metafórica ni alegórica precisamente. Es fácil que estas expresiones inspiren temor, aunque por otro lado Jesús también señala que esos sucesos son señales que indican la llegada de una liberación, y esto sugiere algo positivo, de modo que el "mal" tiempo tiene su lado "bueno".
Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación. - Lucas 21,28.
Cada persona puede interpretar a qué tipo de liberación se refiere tal frase. A continuación, Jesús lo explica con una metáfora comparando la germinación de las hojas de todos los árboles (y en concreto de la higuera) con los sucesos "catastróficos" en la Naturaleza, y al verano con el reino de Dios, pues cuando vemos brotar las hojas de los árboles lo interpretamos como la cercanía del verano. Así, cuando sucedan esos fenómenos serían señales de la llegada del reino de Dios.
Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca.
- Lucas 21,29
Sobre las "señales en el sol, en la luna y en las estrellas" pueden referirse a la actividad del Sol como
manchas o explosiones. Entre febrero y marzo de 2011 están ocurriendo algunas explosiones al mismo tiempo que están ocurriendo terremotos en nuestro mundo. También estas explosiones y terremotos en la Tierra están ocurriendo durante la oposición de Júpiter y Saturno, los dos grandes planetas, cuyo culmen fue el 5 de marzo. Los expertos creen que la actividad del Sol aumentará a partir de noviembre. Las "señales en la luna" pueden ser eclipses de luna (eclipsada por el planeta Tierra); el pasado día 21 de diciembre, en pleno solsticio, ocurrió un eclipse total de luna. Y en las demás estrellas (pues el Sol es una estrella) es difícil ver señales de movimiento, pues son prácticamente fijas. En caso de un cambio significativo en la inclinación en el Eje del planeta, nuestra percepción de las estrellas y constelaciones cambiaría.
En cuanto al "fin de Jerusalén", en el evangelio de Mateo, Jesús lo relaciona con un pasaje del Libro de Daniel:
Cuando veáis en el lugar santo el ídolo repugnante anunciado por el profeta Daniel (el que lea que entienda)... - Mateo 24,15
También, en el libro del profeta Zacarías existe una profecía que menciona que el monte de los Olivos se dividiría en dos:
El monte de los Olivos se dividirá en su punto medio en dirección este-oeste, dejando en el medio un gran valle; una mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y se allanará el valle del Hinón como se allanó a causa del terremoto en los tiempos de Ozías, rey de Judá. - Zacarías 14:4-5.
En la frase se menciona un terremoto ocurrido tiempo atrás en tiempos de Ozías, personaje que aparece en el 2º libro de las Crónicas, capítulo 26, y en el cual también se menciona al propio Zacarías y se dice que el resto de la historia de Ozías fue escrito por Isaías. En el Libro de Isaías, el capítulo 29, el profeta habla sobre el asedio de Jerusalén a la que se llama Ariel, y en el versículo 6: "Y pronto, de improviso, serás visitado por el Señor todopoderoso con truenos, terremotos, gran estruendo, con huracán, tempestad y fuego devorador". En el registro de terremotos ocurridos durante la historia (fuente wikipedia) existe uno en Israel el 7 de octubre del 759 antes de la era cristiana. En esta fecha se sitúa el reinado de Zacarías, 14º rey del Reino de Israel mientras en el territorio de Judá reinaba Ozías llamado también Uzías o Azarías, desde 809 a. C. hasta 759 a. C., fecha del terremoto.
http://alondra-librosprofetas.blogspot.com/2011/03/el-terremoto-mencionado-por-zacarias.html
Independientemente de la "sacralidad" o "divinidad" de las llamadas "sagradas" escrituras y de la teórica "inexorabilidad" o no en el cumplimiento de lo que narra (parezca bueno o catastrófico), lo que prima para cada ser humano es lo que ve, siente y piensa según su propia conciencia. En estos tiempos de "mal" (y "buen", según se mire) tiempo y de crisis personales (y nacionales e internacionales, pero no interplanetarias) pero también de liberaciones personales, la mezcla de las lógicas diferentes percepciones e interpretaciones personales acerca de lo que ocurre (en la realidad) hace que la humanidad esté aún más dividida y estresada. Para unos son fenómenos naturales que ocurren todos los días y crisis financieras que tienen sus ciclos; para otros son señales del fin del mundo; para otros señales del principio de un mundo nuevo; para otros son señales del cumplimiento de la profecía de Jesús, etc, etc...
Cada persona en el "reino" del mundo viéndolo y viviéndolo de forma diferente mientras los bebés y los niños viven en su propio "reino", y el planeta sigue dando vueltas a una estrella entre otros planetas y millones de estrellas. A principios del 3er milenio cristiano y finales del 5º milenio hebreo que corren por el final del Ciclo maya o del Kali Yuga hindú.
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