YAVÉ, EL "NO MATARÁS" Y EL "VIDA POR VIDA"
En el pasaje 24:14 del Levítico se narra que un hombre blasfemó contra el nombre de Yavé por lo que Yavé mandó a Moisés que la comunidad le matara a pedradas. Anteriormente, Yavé había transmitido a Moisés los 10 mandamientos (Éx 20) de los cuales el 5º era "No matarás" (Éx 20:13), aunque también, como leyes sobre la vida y la libertad del Código de la Alianza, el "vida por vida" (Éx 21:23), la ley del talión (Deut 19:21), pero Yavé no establece un mandamiento de "No blasfemarás contra el nombre de Yavé y el que lo haga sea matado". Por esto el hombre no había quebrantado ningún mandamiento de Yavé. Así que la reacción de Yavé es de orgullo, y no porque el hombre condenado hubiera desobedecido uno de sus mandamientos. Yavé no le perdona, no le da otra oportunidad y manda a Moisés que le lapiden. Luego sí, Yavé establece el mandamiento: "Dirás a los israelitas: el que blasfeme el nombre de Yavé será castigado con la muerte; toda la comunidad lo apedreará" (Lev 24:25). El sentirse ofendido (blasfemado), el orgullo o la incapacidad para perdonar son sentimientos y conductas propias de la naturaleza humana inferior. Por otro lado, Yavé obliga a su pueblo a incumplir el "No matarás" al mandarles lapidar al hombre. Yavé toma la decisión de matarlo pero no se encarga de matarlo directamente sino que se lo encarga al pueblo. Aquí percibo un paralelismo con la forma en que actuarían los sumos sacerdotes 2000 años después con Jesús, pues ellos lo condenaron, pero el poder de ejecutar era prerrogativa del poder político representado por el gobernador romano, de modo que los sacerdotes tuvieron que persuadirle utilizando para ello a los judíos (hebreos) como fuerza de presión.
Unos 2000 años más tarde, Jesús hablaría de perdonar a los hombres sus ofensas (Mt 6:14), y hasta setenta veces siete, aunque también diría que quien blasfemara contra el Espíritu Santo no tendría perdón jamás y cargaría con su pecado eternamente ((Mc 3:28), un concepto el de "blasfemia contra el Espíritu Santo" que no es nada concreto y por ello da pie a infinidad de interpretaciones subjetivas, y de ahí la tentación de considerar la interpretación personal subjetiva como una "revelación divina" con el fin de hacerla valer, y de ahí los conflictos entre las "verdades absolutas" (absolutistas) de las personas, incluso de la misma creencia religiosa.
Particularmente mi concepto de "santo" o "sagrado" expresa precisamente lo Invulnerable y por ello no es profanable ni "blasfemable" y no tiene escudos ni defensores. Otra cosa es que alguien que tiene su concepto de "lo santo" se ofenda porque otra persona diga algo que aquella persona interpreta como "blasfemia".
eva:angel:y:yo
Es... como la más pequeña de todas las semillas... (Mateo 13,31)
miércoles, 22 de febrero de 2012
domingo, 22 de enero de 2012
JESÚS: EL TEMOR DE LOS SACERDOTES
Según Marcos (en 15:10), los sumos sacerdotes entregan a Jesús al gobernador Pilato el cual sabía que los sumos sacerdotes tenían envidia de Jesús. Tal como cuenta Juan, después de que Jesús resucitara a Lázaro, Caifás -entonces cabeza del gremio sacerdotal- decide que les conviene que muera un sólo hombre por el pueblo antes que perezca la nación entera (Juan 11:50) a manos de los romanos que los sumos sacerdotes argumentaban (como la necesaria excusa, no como realidad) que vendrían en el caso de que dejaran a Jesús seguir haciendo milagros. Así, Caifás profetiza que Jesús debe morir por la nación y para reunir a los hijos de Dios dispersos. Es decir, el mismo poder sacerdotal que condena a Jesús a muerte le confiere la condición de héroe "salvador de los judíos", y también, al hacer a Jesús su víctima, también le convierte en un mártir: Héroe y Mártir a la vez. Desde aquel momento decidieron matarlo (Juan 11:53). Según Mateo (23:29-31) Jesús, hablando con los escribas, maestros de la ley y fariseos, les dice que son hipócritas porque edifican sepulcros a los mismos profetas cuya sangre derramaron sus padres y que por ello son hijos de los que mataron a los profetas. Es el mismo caso de Jesús, adoptado como "Dios" por los sacerdotes, siendo sacerdotes los que lo condenaron a muerte, y teniendo en cuenta que el propio Jesús, según los evangelistas, conocía lo que iba a sucederle para que se cumplieran las escrituras, tal como ponen en boca de Jesús. Otros casos son los de Galileo o de Juana de Arco, condenados por la "autoridad" eclesiástica o Institución papal, y años más tarde reconocidos por la "autoridad" eclesiástica o Institución papal. Es decir, el Papa (que es una figura institucional, no un organismo biológico) cambiando sus propias decisiones. Y, en caso de Juana de Arco, considerada de hereje a santa. Así, la Institución papal demuestra su propia falibilidad al hacer uso de su propia "autoridad" haciendo cambios en sus propias decisiones. Y tal Institución y Figura llamada "Papa" sólo es un papel más interpretado por diferentes personas -que fueron bebés- en el Teatro tragicómico de la vida y de la muerte.
martes, 10 de enero de 2012
LA LEY DEL TALIÓN
Deut 20:17. La ley del talión.
"No tendrás compasión: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie."
Aunque la ley del talión aparece en este pasaje del libro del Deuteronomio, ya se hace referencia en el libro del Éxodo (21:23) en el capítulo sobre el Código de la Alianza y las leyes sobre la vida y la libertad.
"Si se sigue un daño, lo pagarás: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe."
Y también en el Levítico 24:20:
"Fractura por fractura, ojo por ojo y diente por diente, es decir, recibirá lo mismo que él ha hecho al prójimo".
Por su lado, Jesús en el evangelio, menciona a la ley del talión aunque recomendando no ponerla en práctica, una prueba de que Jesús no es el mismo personaje Yavé:
"Sabéis que se dijo: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os ataca. Al contrario, al que te abofetee en una mejilla preséntale también la otra." (Mt 5:38).
El término "talión" deriva de la palabra latina "talis" o "tale" que en castellano decimos como "tal" (de "idéntico") de modo que la ley del talión se refiere a recibir una pena idéntica (una pena TAL) a un daño cometido. Es una recreación humana de la ley compensatoria del karma, una ley natural de la que el hombre deudor no puede escapar, y es deudor en tanto que es inconsciente de la ley del karma o no cree en su teórica justicia perfecta y por ello ejerce la ley del talión, cobrando karma. La ley del talión también es ejercida por "la autoridad", pues en el fondo son personas (que trabajan en ello ganando su sueldo necesario). La diferencia fundamental es que la ley del karma actúa soterradamente al nivel del consciencia humana, y de ahí que el lamento (por incomprensión de las desgracias consideradas casuales o mala suerte) sea tan frecuente, y que la rabia y el deseo de resarcimiento dé pie al ejercicio de la ley del talión ejercida conscientemente por las personas, a voluntad, sea por mano propia o de una persona autorizada y "legalizada" (por uno mismo o por el poder), una "autoridad jurídica", un profesional, aunque éste también es una persona que se toma la justicia por su mano, una justicia "legalizada" por el poder político y religioso, y aceptada generalmente por cada persona de la sociedad. Debido a la rabia y urgencia por resarcirse, las personas no dejan sus asuntos a la dinámica de la ley del karma, lo cual se suele decir, con resignación, como "dejarlo en manos de Dios" (aquí "Dios" es figurativamente hablando "el Señor del Karma", es decir la propia dinámica karmática infalible), como si esta posibilidad fuera la última y menos fiable después de haber agotado todos los demás recursos de la "justicia" social del estado o de la iglesia. Es cuestión de práctica comprobar si tal ley del karma resarce justamente o no. No es cuestión de "derecho", y de hecho precisamente no es un derecho que aparezca en las listas organizadas de Derechos Humanos ni en las Constituciones de los Estados. Uno de ellos y fundamental sí es el "derecho a ser defendido por la justicia" (y acusado también), y hasta los profesionales, como personas que son, ejercen "la justicia por su mano", ley del talión que genera karma y por eso mantiene el saldo karmático de la conciencia. La ley del karma, por su propia naturaleza tiende a 0, mientras que, por ignorancia, la humanidad mantiene un saldo karmático al ejercer la ley del talión, generando deuda karmática. También tenemos saldos bancarios que lógicamente no podemos dejar a 0 mientras tenemos deudas económicas que pagar cada mes. Y ¿a quién? A otros deudores... Al final, ejerciendo la ley del talión, la humanidad es un solo ser... debiéndose y pagándose a sí mismo, por tomarse la justicia por mano propia. Una cuestión de orgullo... hasta la muerte.
Deut 20:17. La ley del talión.
"No tendrás compasión: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie."
Aunque la ley del talión aparece en este pasaje del libro del Deuteronomio, ya se hace referencia en el libro del Éxodo (21:23) en el capítulo sobre el Código de la Alianza y las leyes sobre la vida y la libertad.
"Si se sigue un daño, lo pagarás: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe."
Y también en el Levítico 24:20:
"Fractura por fractura, ojo por ojo y diente por diente, es decir, recibirá lo mismo que él ha hecho al prójimo".
Por su lado, Jesús en el evangelio, menciona a la ley del talión aunque recomendando no ponerla en práctica, una prueba de que Jesús no es el mismo personaje Yavé:
"Sabéis que se dijo: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os ataca. Al contrario, al que te abofetee en una mejilla preséntale también la otra." (Mt 5:38).
El término "talión" deriva de la palabra latina "talis" o "tale" que en castellano decimos como "tal" (de "idéntico") de modo que la ley del talión se refiere a recibir una pena idéntica (una pena TAL) a un daño cometido. Es una recreación humana de la ley compensatoria del karma, una ley natural de la que el hombre deudor no puede escapar, y es deudor en tanto que es inconsciente de la ley del karma o no cree en su teórica justicia perfecta y por ello ejerce la ley del talión, cobrando karma. La ley del talión también es ejercida por "la autoridad", pues en el fondo son personas (que trabajan en ello ganando su sueldo necesario). La diferencia fundamental es que la ley del karma actúa soterradamente al nivel del consciencia humana, y de ahí que el lamento (por incomprensión de las desgracias consideradas casuales o mala suerte) sea tan frecuente, y que la rabia y el deseo de resarcimiento dé pie al ejercicio de la ley del talión ejercida conscientemente por las personas, a voluntad, sea por mano propia o de una persona autorizada y "legalizada" (por uno mismo o por el poder), una "autoridad jurídica", un profesional, aunque éste también es una persona que se toma la justicia por su mano, una justicia "legalizada" por el poder político y religioso, y aceptada generalmente por cada persona de la sociedad. Debido a la rabia y urgencia por resarcirse, las personas no dejan sus asuntos a la dinámica de la ley del karma, lo cual se suele decir, con resignación, como "dejarlo en manos de Dios" (aquí "Dios" es figurativamente hablando "el Señor del Karma", es decir la propia dinámica karmática infalible), como si esta posibilidad fuera la última y menos fiable después de haber agotado todos los demás recursos de la "justicia" social del estado o de la iglesia. Es cuestión de práctica comprobar si tal ley del karma resarce justamente o no. No es cuestión de "derecho", y de hecho precisamente no es un derecho que aparezca en las listas organizadas de Derechos Humanos ni en las Constituciones de los Estados. Uno de ellos y fundamental sí es el "derecho a ser defendido por la justicia" (y acusado también), y hasta los profesionales, como personas que son, ejercen "la justicia por su mano", ley del talión que genera karma y por eso mantiene el saldo karmático de la conciencia. La ley del karma, por su propia naturaleza tiende a 0, mientras que, por ignorancia, la humanidad mantiene un saldo karmático al ejercer la ley del talión, generando deuda karmática. También tenemos saldos bancarios que lógicamente no podemos dejar a 0 mientras tenemos deudas económicas que pagar cada mes. Y ¿a quién? A otros deudores... Al final, ejerciendo la ley del talión, la humanidad es un solo ser... debiéndose y pagándose a sí mismo, por tomarse la justicia por mano propia. Una cuestión de orgullo... hasta la muerte.
martes, 27 de diciembre de 2011
EL ÁRBOL DE LA VIDA
Génesis 2:9
"Yavé hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal".
Génesis 2:16-17:
"El Señor Dios/Yavé/Jehová dio al hombre este mandamiento: 'Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día en que comas, ciertamente morirás.'."
En este pasaje DYJ (Dios, Yavé, Jehová) manda al hombre que no coma del árbol de la ciencia del bien y del mal, y le permite comer del resto, entre los cuales está el árbol de la vida, en medio del jardín (Gén 2:9). Lógicamente el fruto del árbol de la vida no causa la muerte. DYJ le dice al hombre que morirá el día en que coma del árbol de la ciencia del bien y del mal, de modo que éste es el árbol de la muerte.
En la fábula del Edén, "la muerte" del hombre, ocurrida tras comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal (el árbol de la muerte), se representa en 3:7 como la vergüenza y miedo que sienten la mujer y el hombre al darse cuenta de estar desnudos. Entonces DJY maldice a su propia creación: a la serpiente (creado por el propio DJY como el más astuto de todos los animales del campo, Gén 3:1), a la mujer y al hombre, les da unas túnicas de piel y los viste, y luego (en Gén 3:22) expresa su temor de que el hombre pueda tomar del árbol de la vida y coma de él y viva para siempre. Por eso guarda el camino del árbol de la vida con los querubines y la llama de espada flameante después de expulsar al hombre (Gén 3:23).
(El autor o autora de la fábula no menciona que el fruto sea una manzana -o que el árbol sea un manzano- sino que es el fruto es la ciencia del BIEN y del MAL, conceptos MORALES, de modo que podemos interpretarlo alegóricamente como un MORAL, y su fruto tiene un veneno que lleva a la muerte, es decir, a la división de los polos del "in"divi-duo en la dualidad del divi-duo que percibe la realidad a través del filtro moral "bueno y malo" y así a sus propios polos insociables, y a sí mismo separado de los demás aunque buscando alianzas en la sociedad y encontrando también en ella conflicto, reflejo del propio).
Dado que DJY no había prohibido al hombre comer del árbol de la vida, si el hombre hubiera decidido comer del árbol de la vida antes de ser expulsado habría recobrado la vida, pero el miedo (la muerte) adquirido tras comer del fruto y de su veneno (y "morir") es lo que le hace olvidar (inconsciencia de Ser) la existencia del árbol de la vida (de Ser) y de que no es el árbol prohibido, aunque DJY toma precauciones colocando a un querubín guardando el camino del árbol de la vida. Este "querubín" es interpretable como el Can Cerbero guardián de las puertas o el Orco (orcullo, orgullo) de la mitología romana, el Anticristo de la teología cristiana.
(El concepto "querubín" del lenguaje cristiano procede del término Kerub -término asirio, acadio y babilónico- que significa "genio alado" con cuerpo de toro y cabeza humana que hace la función de guardián de las puertas protegiéndola de los malos espíritus (apotropaico), como el de las puertas del templo de Ishtar de Babilonia conservadas en el Museo de Pérgamo de Berlín. La cultura persa también incorpora "Kerubes", como en las ruinas de Persépolis en Irán. El concepto pasa al mito hebreo de la creación (biblia hebrea, Gén 3:24) por la influencia de la cultura persa durante el cautiverio de los hebreos en Babilonia. Luego fue asimilado por la teología cristiana para designar a la segunda categoría de ángeles después de los serafines e incorporado como "querubín" en la versión latina de la biblia hebrea (Gén 3:24: "Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén los querubines..."). Más tarde derivó a ser representado como el típico angelito alado, que en su versión romántica fue el típico cupido con arco y flechas, llamado Putti (=muchachos), aunque llamado "angelote" por el cristianismo. Así, una basta figura con cuerpo de toro, cabeza humana y con alas -una bestia- llamada Kerub" terminó siendo representada por la imaginería cristiana como un "hermoso ser" -una bella-, pues se emplea el término "querubín" para denominar a un niño de gran hermosura. El colmo es que a ese niño sus padres le pongan por nombre Serafín).
Génesis 2:9
"Yavé hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal".
Génesis 2:16-17:
"El Señor Dios/Yavé/Jehová dio al hombre este mandamiento: 'Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día en que comas, ciertamente morirás.'."
En este pasaje DYJ (Dios, Yavé, Jehová) manda al hombre que no coma del árbol de la ciencia del bien y del mal, y le permite comer del resto, entre los cuales está el árbol de la vida, en medio del jardín (Gén 2:9). Lógicamente el fruto del árbol de la vida no causa la muerte. DYJ le dice al hombre que morirá el día en que coma del árbol de la ciencia del bien y del mal, de modo que éste es el árbol de la muerte.
En la fábula del Edén, "la muerte" del hombre, ocurrida tras comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal (el árbol de la muerte), se representa en 3:7 como la vergüenza y miedo que sienten la mujer y el hombre al darse cuenta de estar desnudos. Entonces DJY maldice a su propia creación: a la serpiente (creado por el propio DJY como el más astuto de todos los animales del campo, Gén 3:1), a la mujer y al hombre, les da unas túnicas de piel y los viste, y luego (en Gén 3:22) expresa su temor de que el hombre pueda tomar del árbol de la vida y coma de él y viva para siempre. Por eso guarda el camino del árbol de la vida con los querubines y la llama de espada flameante después de expulsar al hombre (Gén 3:23).
(El autor o autora de la fábula no menciona que el fruto sea una manzana -o que el árbol sea un manzano- sino que es el fruto es la ciencia del BIEN y del MAL, conceptos MORALES, de modo que podemos interpretarlo alegóricamente como un MORAL, y su fruto tiene un veneno que lleva a la muerte, es decir, a la división de los polos del "in"divi-duo en la dualidad del divi-duo que percibe la realidad a través del filtro moral "bueno y malo" y así a sus propios polos insociables, y a sí mismo separado de los demás aunque buscando alianzas en la sociedad y encontrando también en ella conflicto, reflejo del propio).
Dado que DJY no había prohibido al hombre comer del árbol de la vida, si el hombre hubiera decidido comer del árbol de la vida antes de ser expulsado habría recobrado la vida, pero el miedo (la muerte) adquirido tras comer del fruto y de su veneno (y "morir") es lo que le hace olvidar (inconsciencia de Ser) la existencia del árbol de la vida (de Ser) y de que no es el árbol prohibido, aunque DJY toma precauciones colocando a un querubín guardando el camino del árbol de la vida. Este "querubín" es interpretable como el Can Cerbero guardián de las puertas o el Orco (orcullo, orgullo) de la mitología romana, el Anticristo de la teología cristiana.
(El concepto "querubín" del lenguaje cristiano procede del término Kerub -término asirio, acadio y babilónico- que significa "genio alado" con cuerpo de toro y cabeza humana que hace la función de guardián de las puertas protegiéndola de los malos espíritus (apotropaico), como el de las puertas del templo de Ishtar de Babilonia conservadas en el Museo de Pérgamo de Berlín. La cultura persa también incorpora "Kerubes", como en las ruinas de Persépolis en Irán. El concepto pasa al mito hebreo de la creación (biblia hebrea, Gén 3:24) por la influencia de la cultura persa durante el cautiverio de los hebreos en Babilonia. Luego fue asimilado por la teología cristiana para designar a la segunda categoría de ángeles después de los serafines e incorporado como "querubín" en la versión latina de la biblia hebrea (Gén 3:24: "Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén los querubines..."). Más tarde derivó a ser representado como el típico angelito alado, que en su versión romántica fue el típico cupido con arco y flechas, llamado Putti (=muchachos), aunque llamado "angelote" por el cristianismo. Así, una basta figura con cuerpo de toro, cabeza humana y con alas -una bestia- llamada Kerub" terminó siendo representada por la imaginería cristiana como un "hermoso ser" -una bella-, pues se emplea el término "querubín" para denominar a un niño de gran hermosura. El colmo es que a ese niño sus padres le pongan por nombre Serafín).
miércoles, 14 de diciembre de 2011
sábado, 7 de mayo de 2011
Lavarse las manos antes de comer. costumbre de los fariseos
Más allá de cuestiones morales e inmorales, legales o ilegales, lavarse las manos antes de comer (o en cualquier momento), es un impulso natural propio del aseo, como puede hacer cualquier animal salvaje.
Ya dentro de la esfera limitada de la legalidad y de la escrupulosidad religiosa, lavarse las manos antes de comer es una costumbre de los fariseos, costumbre heredada por la cultura cristiana católica. Cuenta Mateo (capítulo 15) que unos fariseos y maestros de la ley le preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no se lavaban las manos para comer pues no haciéndolo quebrantaban las tradiciones de los ancianos. Jesús les responde que ellos mismos (los fariseos y maestros de la ley), por cumplir sus tradiciones quebrantaban el mandato de Dios, de modo que Jesús debía querer decir que "su Padre" (al que se refereía como "Dios" al hablar con los fariseos) no mandaba lavarse las manos antes de comer, o no prohibía no lavárselas antes de comer. Y les dice que lo que contamina al hombre no es lo que entra desde fuera sino lo que sale del corazón, como "impuros" pensamientos (reproducidos con palabras), pues lo que viene de fuera no se mete en el corazón ni se queda en él, sino que se mete por la boca, llega al vientre y vuelve a salir por el ano ("orificio evacuador de los excrementos de la comida"). Marcos cuenta (6, 3:4) que los fariseos y todos los judíos seguían la tradición de sus mayores y acostumbraban a lavarse cuidadosamente las manos antes de comer, pues temían que la "impureza" que tuvieran las manos manchara su supuesta "pureza" interior, o tenían otras costumbres como lavar copas (o vasos) y platos. En el rito de la misa católica los sacerdotes lavan vaso y plato (copa y pátena) después de la eucaristía, y con la suficiente meticulosidad y cuidado que de ahí haya salido la expresión "dejar como una pátena". El propio Jesús (en Mateo 23,25) se lo dice a los maestros y fariseos llamándoles hipócritas: "Ay de vosotros...que limpiás por fuera el vaso y el plato pero por dentro están [estáis] llenos de rapiña y de maldad".
Una interpretación de esas ideas de Jesús es que van destinadas a las personas (jefes religiosos o no) que sienten una impureza en el interior y tal sentimiento lo reflejan en el acto de lavar (des-infectar o "purificar") las manos antes de comer, lo cual no libera de lo que crean que "mancha" su sentimiento, ni tampoco evita que la comida (o los cubiertos) pueda estar en "malas" condiciones aunque se hayan lavado las manos. Por otro lado, modernamente se cree que "tener limpias" las manos depende de aplicarse un des-infectante como es el jabón, por considerar que el agua por sí sola no des-infecta.
Más allá de juicios y prejuicios morales e inmorales, legales o ilegales, lavarse las manos antes de comer (o en cualquier momento) es un impulso natural que forma parte del aseo, como puede hacer cualquier animal salvaje.
La única "impureza" es la que uno mismo piensa y cree real, y sin que el hecho de "pensar" sea impuro... ni puro.
La única "impureza" es la que uno mismo piensa y cree real, y sin que el hecho de "pensar" sea impuro... ni puro.
Yavé/Dios/Jehová y Jesús: dos opiniones diferentes
YAVÉ/JEHOVÁ Y JESÚS: DOS OPINIONES DIFERENTES
Según la persona autora del libro del Génesis, en el capítulo 12 versículo 3, cuando Yavé/Jehová/Dios entra por primera vez en contacto con Abrán/Abrahán, le dice:
"Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan".
Unos 3000 años después, el evangelista Lucas (en 6,28) escribiría que Jesús decía:
"Bendecid a los que os maldicen".
O Mateo (en 5,43) contaría que Jesús decía:
"Sabéis que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos".
Igualmente Yavé establece la ley del Talión (Éxodo 20,23 o Deut 19,21) del ojo por ojo y diente por diente, y Jesús (en Mateo 5,38) hace referencia al precepto de Yavé de la siguiente forma:
"Habéis oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al malo. Al contrario, al que te abofetee en la mejilla derecha preséntale también la otra".
Según la persona autora del libro del Génesis, en el capítulo 12 versículo 3, cuando Yavé/Jehová/Dios entra por primera vez en contacto con Abrán/Abrahán, le dice:
"Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan".
Unos 3000 años después, el evangelista Lucas (en 6,28) escribiría que Jesús decía:
"Bendecid a los que os maldicen".
O Mateo (en 5,43) contaría que Jesús decía:
"Sabéis que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos".
Igualmente Yavé establece la ley del Talión (Éxodo 20,23 o Deut 19,21) del ojo por ojo y diente por diente, y Jesús (en Mateo 5,38) hace referencia al precepto de Yavé de la siguiente forma:
"Habéis oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al malo. Al contrario, al que te abofetee en la mejilla derecha preséntale también la otra".
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