eva:angel:y:yo

miércoles, 14 de diciembre de 2011

DIFERENCIAS ENTRE DIOS/JEHOVÁ/YAVÉ Y JESÚS

"Perseguiréis a vuestros enemigos y estos caerán a espada ante vosotros" (Dios/Yavé/Jehová, Lev 26:7)

"Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen para que seáis hijos de vuestro Padre celestial" (Jesús, Mt 5:44)

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¿Qué es "e v a n g e l i o"?

La palabra "evangelio" deriva del latín "evangelium" y éste del griego "evangelion" y significa "buena nueva". Se forma con "ev" (bien) y "angelos" (angel, mensajero) de modo que significaría algo así como "mensaje nuevo y bueno". Popularmente se conoce como "buena nueva" en sentido de MENSAJE nuevo o NOTICIA nueva.

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La razón de que sea buena "NUEVA" es que tiene la "NOVEDAD" de proponer la práctica del perdón (Mateo 5:38-39) como la clave TEÓRICA que garantiza la ausencia de culpa(y de miedo y de dolor) y la Justicia del reino de Dios, y por eso Jesús recomienda buscar primero el reino de Dios y SU JUSTICIA (Mateo 6:33).

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Contrapuesto al perdón y confundido con la Justicia está el intento de hacer justicia a través de la práctica de la antigua o VIEJA costumbre de la VENGANZA o del tomarse la justicia por mano propia o a través de mano "experta o profesional", pues el mundo comercial para sobrevivir necesita comercializar todo concepto espiritual.

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Así como la NOVEDAD de la buena NUEVA es el perdón, la venganza corresponde a la "mala VIEJA", el Antiguo Testamento en el que los autores de los cinco libros hablan de la venganza en base a la costumbre de la ley del Talión. En el Libro del Génesis 4:24, el personaje Lamec introduce el concepto de venganza. Luego, en Éxodo en 21:23, el Dios de Moisés establece por primera vez la ley del Talión a la que se hace referencia también en Levítico 24:20 y en Deuteronomio 19:21.

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Así, el carácter "viejo" de las prácticas y costumbres del Antiguo Testamento es el que da pie al carácter NUEVO de la "buena NUEVA" o Evangelio, grupo de 4 libros con el que comienza el Nuevo Testamento espiritual.

la más pequeña de todas las semillas (Mt 13,31)

Un cuerpo es el desarrollo del espermatozoide, el esperma, el semen, la semilla humana. Esta semilla no es la semilla divina, espiritual, pero es un reflejo visible al que observar para comprender lo espiritual. Podemos imaginar en qué se transformará un espermatozoide o una semilla vegetal, pero lo que contiene la semilla divina es inimaginable. Así como la semilla humana ya contiene el potencial de fecundación del óvulo (fértil), la Savia (Sabiduría) es el potencial de la semilla espiritual, y la sabiduría es secreta para la razón. Mientras mujer y hombre han de perder la virginidad corporal para concebir un hijo humano, la fecundación de la semilla divina requiere virginidad mental (no necesariamente corporal). Entonces la conciencia recupera la fertilidad espiritual. Así como la concepción física necesita los dos cuerpos, la espiritual no, aunque sí la unidad de las polaridades, antes opuestas y ahora complementadas: un@, la unidad, el origen, la fuente. Lo que se da "a luz" en esa íntima cópula/unidad
imperceptible a los sentidos e incomprensible a la razón no es un "hijo humano" sino el hijo espiritual -asexual- el llamado "hijo del hombre" (y de la mujer) del cual el hombre y la mujer está siempre "embarazad@" (igual que toda semilla contiene el potencial de lo que va a ser) y no en el sentido de que vaya a crecer la tripa, sino que la inercia del alma , la semilla espiritual divina, es crecer. El reino de Dios es como la más pequeña de todas las semillas. No es posible que germine por voluntad humana ni interés ni a través de mandamientos. Orgullo, odio, resentimiento, malicia, etc, la ahogan. Humildad y perdón la liberan. Pero crece aunque la mujer y el hombre no se dé cuenta...

LA HERENCIA ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD

En el mundo hay padres que redactan su testamento para que sus hijos hereden sus bienes (y males) materiales y temporales, básicamente dinero. Tal herencia es el PATRIMONIO. No existe ningún padre humano que conceda su patrimonio a toda la humanidad. El evangelio forma parte de eso llamado "Nuevo Testamento", un testamento espiritual para la "Familia humana" formada no por jerarquías de padres, madres, hijos e hijas ni parientes sino por "HERMANOS" y por ello iguales, y por eso hij@s de una
misma Madre (Naturaleza) y su correspondiente "esposo". A esa dimensión madre sólo hay una. La Humanidad tiene siempre a disposición la Herencia espiritual y eterna aunque pase desapercibida mientras experimenta la carencia y la necesidad precisamente como incentivo para buscar la plenitud espiritual. En el evangelio Jesús indica claves de acceso al reino de Dios: es como la más pequeña de las semillas, regresar a ser como niños, la llave de la ciencia, etc.

Las discípulas de Jesús

La tradición ha insistido y reincidido en la idea de que Jesús tuvo doce hombres por discípulos, pero en el propio evangelio -Lucas 8- se dice que algunas mujeres, a las que había liberado de espíritus malignos y enfermedades, le acompañaban y asistían con sus bienes. Tales mujeres fueron María Magdalena, de la que expulsó siete demonios (bloqueos en los siete chakras), Juana, Susana, María la madre de Santiago, Salomé (Marcos 15,40) y otras muchas. Según los evangelios, también ellas -no así la mayoría de sus discípulos que ya se habían desperdigado- fueron "testigas" de la crucifixión, y una de ellas, María Magdalena, asistió a su sepultura -no así los hombres- y fue la primera persona que le vio después de haber estado en el sepulcro.

La perfecta imperfección de la transmisión humana

Cualquier libro es escrito por personas humanas, y lo único perfectamente imperfecto de la existencia es la mente humana. Igual que muchos libros, aparte de sus bellezas evidentes, los evangelios (como toda la biblia), están también salpicados de contradicciones y ambigüedades mezcladas en un lenguaje críptico incomprensible a la mente convencional (la general). En el resto hay capítulos y frases llenas de sabiduría y hermosura poética sobre la Naturaleza, la Creación como ser viviente, la cual ya existe como Libro Viviente y desnudo sin idiomas confusos y sin palabras. En general las personas creyentes consideran a la biblia "Sagrada Palabra de su Dios" mientras esas mismas personas no pueden aceptar muchas de las ideas que contiene. Suele ser un libro utilizado como arma de ataque, incluso también por los no creyentes. Las contradicciones de la biblia favorecen y perjudican por igual a creyentes y no creyentes. Es interesadamente usado en las iglesias e irónicamente usado en los tribunales de "justicia". Ahí donde pone que la biblia -o Dios, o Jesucristo, según interese a cada persona- dice una cosa, en otra parte dice la contraria, de modo cualquiera puede encontrar un argumento a convertir en arma o escudo entre las miles de páginas de un libro escrito por varias personas e interpretado por millones. Es lógico encontrar tales posibilidades en cuatro versiones de una misma historia narrada por cuatro personas que escribieron sus visiones hace casi 2000 años. El error del lector es el de basarse en lo que dictan los autores del libro para poder apoyar su propio interés. Otra cosa es la Conciencia (anterior y superior a lo establecido). La voz de la conciencia y razón libres, más allá de la gravedad del terreno/terrenal de la razón adoctrinada, es lo único que no puede caer ni tener que levantarse. Un libro es un conglomerado de átomos de celulosa, y el ojo con el que se ve y se lee es parte del Libro incomparable del Universo de la Vida ("Yo soy la vida").

la teórica segunda venida

Algunos capítulos del evangelio hablan de la segunda venida del Mesías. Los cristianos lo esperan por segunda vez. Los judíos lo esperan por primera vez. Ambos lo esperan. Cuenta el evangelio que los sacerdotes ofrecieron dinero a los guardias del sepulcro para que hicieran correr el rumor de que Jesús no había resucitado sino que sus discípulos se habían llevado el cuerpo. Por eso los judíos creyeron que no había resucitado y que, por eso, no era el Mesías, mientras los cristianos sí lo creyeron, cosa que interesaba a un gremio sacerdotal que ya venía teniendo el poder de las masas y tenía amplia visión de futuro prometedor para sus intereses de poder. Judíos/hebreos y cristianos se han autoconsiderado tradicionalmente como el "Pueblo de Dios" en una especie de competición entre hermanos por ser "el elegido de Dios", recreando la "eterna" historia de Caín y Abel tan arraigada en la conciencia judeocristiana. Distraidos en tal competición, provechosa para el poder temporal político/religioso, no podían estar en la Paz de la Presencia (si es que ésta existe) y que, por ser Presencia, no es "Ausencia". Ausente ausente de "la Presencia" sólo puede estar la humanidad que se declara "hijo de Dios" mientras está inconsciente, desaparecida en combate en "guerras santas", en un Sueño dirigido por los que dirigen gentes (dirigentes).

Pedro y Judas

Generalmente se considera a Judas como el traidor a Jesús. Jesús perdonó a Judas porque Jesús practicaba eso de perdonar a los hombres sus ofensas, si es que Jesús podía sentirse ofendido. Además, Judas se arrepintió y entregó el dinero a los sacerdotes. Otra cosa es que la gente no perdonara a Judas y por eso tradicionalmente se le colocara la cruz de la Traición, y así la gente se colocara a sí misma la Cruz del Resentimiento -y de la Traición al perdón- al interpretar "traición" y juzgando esa misma interpretación, que es algo propio de la cualquier persona en su vida cotidiana, sea cristiana o no cristiana. Por otro lado, Jesús ya sabía que tenía que ser entregado, juzgado, muerto y resucitado, pues lo anunció tres veces. Escrito estaba en las Escrituras de los Profetas: sería contado entre los malhechores. Desde esta dimensión, no hubo traición ninguna. Por otro lado, Pedro, respondiendo también al temor e incomprensión propias de la condición humana, expresó a Jesús su deseo de que su vaticinio sobre su muerte no ocurriera (ni por tanto su resurrección), de modo que Jesús le llamó "Satanás", y Pedro negó tres veces el hecho de seguir a Jesús. Luego, tras la resurrección, Jesús le pregunta tres veces a Pedro si le ama y le profetiza que otro le arrastrará a donde él no quiere y que es reclamado por Satanás para ser zarandeado. Ser humano -como Pedro o Judas- no es pecado. Lo que es cierto es que nadie consideró nunca a Judas como el personaje necesario -un chivo expiatorio- que sirviera para encubrir a Pedro, que fuera el verdadero traidor camuflado como "jefe de los discípulos" -elegido así por el propio Jesús, que conocía la película- y creador de la Iglesia de Roma atribuida a un Jesús considerado judío. Un argumento y papel muy socorrido en las mejores películas de intriga en la que ocultos poderes actúan tras un telón moviendo los hilos de marionetas ante los ojos superficiales de crédulos e incrédulos espectadores gracias a los cuales hay "espectáculo".

Maestros de la ley y sacerdotes

Personajes muy referenciados por los autores de los evangelios en episodios en los que Jesús y ellos conversan. Han perdurado durante todas las épocas y están presentes en la modernidad. En el "eva:angel:y:yo" se dan detalles que los descubren: son llamados padres y rabino por sus fieles. Visten largas vestiduras. Les gusta pasearse por las plazas y ser saludados. Limpian la copa y el plato por fuera, como en la cena de las misas. No celebran nunca la última cena. Ocultan a sus fieles la llave de la ciencia (la no conocida y no comercializable cual tecnología) que abre la puerta entre el mundo y el reino de los cielos para la evolución de la conciencia en comunión con la Creación. Creen en un Dios del cual son intermediarios y enseñan a sus fieles que sólo Dios puede perdonar los pecados, pero les dicen que ha de ser a través de sus intermediarios (ellos). Hacen preguntas a Jesús del cual reciben respuestas a las que incluso llegan a considerar blasfemias, y en especial una de ellas -en la que dice ser el Mesías- que utilizan para condenarle como reo de muerte. También los judíos querían apedrearle por declararse igual a Dios. Son personajes necesarios en una historia que ya estaba escrita, tal como Jesús anunció tres veces a sus discípulos, pues de no haber existido ellos, tal historia no habría sido como fue, e incluso no habría habido 2000 años de Historia, lo cual sería como negarle a una semilla sus dos primeros días de germinación, o a un Muerto (la Humanidad) sus dos días o dos milenios necesarios en el Sepulcro del temor, la ignorancia y la esclavitud: la muerte.